10.04.07 - Shoegazing [Klaus&Kinski - Nunca estás a la altura]


No soporto que la gente pregunte “¿Qué tal?” al conocer a una persona. ¿Te crees que te voy a responder a eso, imbécil? ¿Y por qué dar dos besos a gente que no conocemos de nada? ¡Qué machista! Pero por otro lado el mundo ya es lo suficientemente sombrío y frío para negarle un poco de calor, aunque sea tan falso e impostado. La superposición, donde dos cosas opuestas forman mi verdad al mismo tiempo, es mi estado natural. He puesto este ejemplo porque nos une, pero hay cientos que no.

No sé qué duele más: no ser y parecerlo, o serlo de verdad. 
Es un horror. No paras de juzgar. Juzgar a ciencia cierta. Lo cierto es que soy yo.

Por cada confrontación, yo solo me encogía. Cada vez que mirabas debajo de una mesa para ver si hay migas de pan, me iba haciendo cada vez más pequeñito y codependiente. En El Mejor Idilio agachaba la cabeza y me miraba a los pies.

¿Cuantas cosas quedan por barrer? Ya no te agachas. Ya no te importa.
Es la verdad lo que hay que aceptar. Tienes razón, no lo digo yo.

Siempre me había creído con fuerzas para sujetarnos a los dos. Pero a la hora de la verdad, mi salvavidas no puede soportar tanto peso. Y del mismo que se le agotó a la de OTRAS, ahora el peso ya ha hundido todos los granos del reloj de arena. Y con ello, dejó de tener significado el tiempo. Sin tiempo no hay recuerdo, y sin recuerdo ya no hay unión.

“Quien dice las palabras más amables y bonitas es quien no está enamorado”. ¿Cómo es que no nos hemos dado cuenta antes? Creo que, otra vez, el conformismo me ha entumecido. Creía que podría ser suficiente, pero nunca voy a estar a la altura. Así que, ¿para qué seguir matándonos?

Y cada día más que pasa tienes más y más razón. Lo digo yo, esta vez lo digo yo.

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