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11.09.05 - La espuma de los días [Dayglow - Close to you]


Crees que estoy somnoliento e impávido ante las penas pero en realidad veo el dolor con una claridad que asusta. Soy sensible a todos los temblores, y simplemente veo más fracturas de las que me vería capaz de contener.

Hablamos el idioma de las manos en la Filmoteca. Tejiendo telares invisibles. Entrelazando nudos marítimos. Respirando la brisa de Rohmer. El sentimiento se construye con múltiples lenguajes. Hoy toca un viaje al sur, pero sigue quedando al norte de nuestros sentimientos. Qué suerte. Estos son los días felices.

Pero el sabor de los tragos a veces bueno y otras veces malo. Las terrazas a veces son idílicas y otras ruidosas. La espuma de los días es imperfecta. A veces se siente como un COVID-nenúfar en el pecho; y otras como zapatos en flotación.

Esta ambigüedad tan romántica nos tiene que llevar a algún lado. ¿Verdad?

11.09.04 - Le Mepris [Somos La Herencia - Entre Las Piedras]


Quisiera saber como descomponer tus nuevos recuerdos, pero ya no cuento en el fervor oxigenado de hace 10 años. No sé cómo evitar que la vida se precipite entre las palmas llenas de heridas. Mis manos son inútiles apartando la niebla. Y yo mismo me siento inutilizado, en el sentido más deshabilitador.


Ya no quedan conjuros con los que buscar el amor entre las piedras. La vida se escapa en los suspiros hacia quien no come ni deja de comer. La emoción más intensa sigue siendo la que romantiza la privación de sueño. La taquicardia del stress está siendo la energía de los últimos mil amaneceres, alimentada por la angustia de la pérdida de los sueños y las estructuras. No ha lugar para nuevos estamentos. El desprecio y los espejos rotos yacen sobre estanterías inclinadas. El desasosiego reina desde que naufragó el respeto. Cuando alguien venera ciegamente a un Dios, solo se expone a ser su próximo sacrificio.


11.09.03 - Salí de Wong Kar Wai y acabé Pessoa [Depresión Sonora - Tú No Me Tienes Que Salvar]

 


Hoy tengo las nostalgias algo rotas. Los momentos se deshilachan como en unos guantes viejos. Quisiera comprender cuando se perdieron, pero es simplemente que muchos no llegaron a empezar. Y ahora, en la era del entumecimiento, no es el mejor momento para irlos a buscar.

Al final se sobrevive a la vida. Así, de manera categórica. Da igual el número de aventuras. Da igual si recordaba tener ganas de bailar. Al final la vida pasa con una naturalidad pasmosa. Es normal, porque a nadie le importa la supervivencia en verdad. El consuelo de la muerte es solo un efecto más del tiempo. Por mucho empeño que pongamos en nuestro idealismo, todo es intrascendente en su final. Comenzar las cosas es en sí mismo poco más que un consuelo o una ilusión.

Pero a mi me desespera el desgaste del tiempo. Parece que la única forma de consumirlo correctamente sea ponerse a trabajar. Y el capitalismo se aprovecha sorbiendo el jugo de angustia que suelta nuestro stress. ¿Y la vida? ¿La vida de verdad? La que inventaba y añoraba. ¿Se pierde en todos momentos en los que intento revelarme contra el cauce del capital? En todos momentos en los que, torpe de mí, nunca sé cómo no sé reaccionar. Hablar. Socializar. Compartir. Lo intento todos los días. Pero con las nostalgias rotas casi no recuerdo ni haberlo conseguido una sola vez. Es como si hubiera una pandemia, pero también en mi interior.


11.09.02 - La palabra responsable [La Claridad - Lo Bueno]


La gratitud y los agradecimientos son mas fáciles cuando se entregan en mano. La piel habla su propio lenguaje. Tratar de verbalizar las cosas bellas suele terminar en decepción o desastre.

Las palabras son instituciones mucho más grandes que los sentimientos que tratan de interpretar. Les roban completamente el protagonismo. Es por eso que desconfío de ellas, de su peso y de la responsabilidad que portan.

Sé que he estado mucho tiempo protestando en busca de la intensidad, pero cuando ha llegado solo he podido estrellarme contra su tajante solemnidad. Habría que ser muy egoísta para herirse en tierra de nadie. Podemos jugar a secarnos las lágrimas con los besos. No es que a la angustia le vaya a importar de verdad lo que hagamos o dejemos de hacer. El capitalismo y el tiempo no esperan a nadie.

No se puede comer tanta responsabilidad sin quebrar el futuro. Pero sé que simplemente puedo dar las gracias. Con un abrazo largo, con una mirada de fin de invierno, con una cerveza al ocaso de una pandemia. Lo bueno que nos pasa es por ti. Calentémonos con ello.

11.09.01 - Persona [Casero - Cállate]


El aire ha cambiado. Tenuemente, pero es más liviano. La espesura parece haberse evaporado un poco. En vez de legañas tengo ojeras, pero la luz me recuerda a 2008. Hasta el plástico de las botellas sabe a aquel analgésico efervescente que nos daba La Casa Azul.

Creo que vuelvo a creer en el sentido de las cosas y en ese equilibrio tan INFJ. Con más añoranza de futuro y menos peso del ayer. Por ejemplo, vuelvo a amar a Michel Gondry, y además soy capaz de sintetizar muchas más direcciones porque conozco de tú a tú al recuerdo y a la ilusión. Cantar ya mezcla a partes iguales melancolía y esperanza. La pena vuelve a saber más a tristeza que a desolación. Pareciera que, cuando se acabe la pandemia, podría volver a disfrutar de las nostalgias nevadas y las fiestas más oscuras. Llegará el horario de verano y, esta vez sí, anticipo que seremos libres.

Debería poder volver a ser alguien que ya he sido. Debería ser capaz de volver a conjugarme. Me hablo tanto desde el conocimiento como desde la intuición. Sé que se acerca el mejor equinoccio. A partir de ahora voy a estar orgulloso del silencio.