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Mostrando entradas de octubre, 2008

6.96 - Fan ( + turrón )

El agua caía de forma esporádica: de forma constante como si fuese esporas flotando en la primavera, pero eso no importaba.
Compramos chucherias (¡No encontramos petazetas!!) y entramos a la plaza (menuda vigilancia, no me quitaron ni las tijeras ni el tenedor que llevaba ^^). Resbalamos sobre el pastel de turrón (no, no iba a probar la arena, ¡pero me dieron ganas!) esperado una hora y media, mientras todo se llenaba..
Y la verdad es que no recuerdo: se apagó la luz, y salió él, real y en 4D, y sus robots, reales y en 2D. ¡Y era real, real! La música de toda la vida en el iPod, ¡En directo! ¿¿¡¡Que magia es esta!!?? xP

^^ Chapoteando en turrón cantando a viva voz (Sabiendo que se no me oye) y bailando con el molinillo esperando que no acabe nunca ^^
¡Que grande! Espero con ansias la próxima vez, venga, ¡¡yaaa!!!!

Casi en orden: La revolución sexual - No mas Myolastán - Galletas - Chicle cosmos - Una cosa o dos (pìano) - Superguay - El momento más feliz - En noches como la de hoy - Triple Salto Mortal (Piano) - Chicos malos - La nueva Yma Sumac - Love is in the air - Como un fan (Piano) - Esta noche cantan para mi - Cerca de Shibuya

6.93 - Gore


Hay muchas formas de cerrar un corazón. Generalmente se obstruye o se sufren enbolias. Pero a veces parece que, tal vez por desamparo y frustración, todo se vuelve más violento.
No basta con separarse y dejarlo todo lleno de sangre por la fuerza de la repulsión. A veces parece que querramos sentir como el corazón revienta dentro del pecho dejando nuestras vísceras esparcidas por todas partes:

El cerebro solo sirve como objeto de culto en un frasco de formol, nos sacamos los riñones (intentando a saber qué) y acabamos usándolos de patines mientras algunos someten a su hígado a un alcoholismo ponzoñoso. También se pueden llenar de alquitrán los pulmones con drogas, o enmohecer los genitales o jugar con ellos con toda clase de sustancias innombrables.
Luego está la arritmia, los bypasses, y los intentos frustrados por someternos a operaciones a corazón abierto que a veces se convierten en biopsias donde acabamos con un punzamiento lumbar que nos acaba dejando inmovilizados. ¡Pasamos de la sinceridad y la esperanza a la parálisis y la frustración!
¡Haberme degollado la cabeza! ¡Haberme sacado los ojos si sabes que a nadie me atrevo a mirar, y menos a ti! ¡Haberme hecho tragarme la lengua si me has robado todas las palabras! Sin manos para sentir, con los pies reventados sin saber hacia dónde correr, sin rodillas para saltar, sin oidos para oir una resurección que tanto ansiamos, ¿que es lo que queda? ¿Por qué tiene que ser todo tan macabro?

Al final, encolerizados, nos sale espuma por la boca y, arrepentidos, acabamos vomitando sangre en el suelo de nuestra habitación.
¿Sabes? Todas esos recuerdos y fotos, ahora parecen los ensayos de esta película snuff.

Qué gore...