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Mostrando entradas de enero, 2010

8.04.08 (041) - L'absente

Yann Tiersen

Se me están separando la mente y el sistema de pensamiento. No es sólo que no coordine la razón si no que además tampoco enfoco ni las palabras, ni los pasos, ni las miradas.

3 hipótesis para mi tesis.

H) Hubiera preferido verte pasar, porque aunque te detuviste no me dejé degustar ni tus ojos o tus labios. Vale, tenía frío y quería enchufarme a una estufa a ver si me electrocuta y me quita los inviernos. Pero eso no explica que haya dejado pasar una oportunidad de dibujarte doscientas veces en borradores que no van a hacerse arte. ¡Yo nunca dejo escapar una sola oportunidad! Y aunque tengo muy mala memoria, si no recuerdo como la calle te iba comiendo es mi culpa por cerrar los párpados cuando te miraba mientras te ibas. Mis ojos deben de tener la enfermedad de mi corazón, pero estoy seguro de que es un cuento psicosomático.
T) Por eso digo que si mi mente deja pasar La Belleza en sí, pero soy consciente de estar pensando en ti, es que se ha producido una disociación preocupante.

H) A veces nos reímos tanto que creo que vamos a hacernos una canción. Cuando salga aleatoriamente el que la cante lo estará haciendo por nosotros. Por ti y por mi. Y cuando tengamos esa canción tendremos el derecho a tener nuestro propio libro, nuestro propio cómic o nuestra propia película. Entonces cada vez que me regales tu sonrisa debería sentir que es mía y que es ese regalo de cumpleaños que siempre he querido con el que me tienes que besar. Pero sinceramente me veo incapaz de creérmelo de verdad.
T) Por eso digo que si mi mente no aprecia la ilusión, pero soy consciente de la suerte que tendría, es que hay una incongruencia alarmante.

H) Siempre me ilusionó con cualquier cosa. Soy muy fácil de contentar. Una afirmación, un ":)" en una frase o hasta un beso para mi mejilla o la exhaltación de algo en común. Todo eso enciende la mecha de mis fantasías y mis estratagemas. Pero trazando Triples Saltos Mortales empiezo a ver por todos lados mucha apatía (dime ya que no te importa en absoluto) o a alguien para el lugar en el que me gustaría estar. Y aunque sea consciente de que hay que tener paciencia y enfrentarse a la realidad, no puedo contener el deseo de querer ser un fugaz fuego artificial que te estalle delante de las narices, te llene de color en vano y se difumine para siempre jamás.
T) Por eso digo que si mi mente no desea la inteligencia, pero soy consciente de que la necesito cada día, yo llamaría apatía a lo que me desincroniza de la realidad.

Todavía es pronto para decir si soy El Ausente o no son más que mis nostálgicas manías. O todavía más sencillo: que mi mente ha reservado un billete de Euromed y parte hacia Barcelona ya.

8.04.07 (040) - Isolée

Niza

Click!

A las 2 de la madrugada la sala 1 de La Salamandra lucía un aspecto casi onírico. Muchas luces, poco humo y muchas chicas guapas. Tal vez la mayor concentración que haya visto jamás. Pero mucha niña mona pero ninguna sola. Y algunas eran mayores también.

Me habían contado una bonita sencilla y bonita historia en el metro. Hablaba sobre la admiración y las terribles fuerzas que hacen que uno tenga que mirar al suelo cuando el horizonte le deslumbra. Eso ya me parecía sorprendente y emotivo, pero encima recordé cierta historia, tal vez la única historia real que en verdad me obsesiona. Una historia sobre aquel que nos deslumbra y sobre aquella que a mi me deslumbra todavía más. Cuando tenga hijos les contaré esa historia porque es conmovedora y estremecedora al ser real. Simple, pop y naif, pero real. Y tiene muchos agujeros cubiertos de cotilleo y sensacionalismo. Tal vez le daré cientos de imaginativas formas para que no parezca la misma y así aburrir a los más pequeños, pero no creo que pueda pararla de contar...

Empecé a llorar un poco por dentro. Triste al sentirme tan apartado de este mundo, tan poco vulgar como para que suene bien dejarse llevar, pero a la vez contento por conservar la emoción por las cosas realmente importantes. Soy un imbécil hipertrascendental.

Y todavía no soy consciente de cuánto, cuánto, cuánto bien me ha hecho aquella historia de amor.

Entre tanta chica guapa sentí que aún me quedaban historias que inventar, cuentos que reinterpretar, canciones con las que volar y sueños que desmitificar. Tenía que hacerlo. Tenía que ser partícipe de todo aquello. Un festival constante que duraba todo un año. Mi gran fiesta interminable de música, cine, gafas de pasta, colores, noches, fotografías y líneas de metro.

Y no sé bien cómo enfocar esto: La depresión por haber dejado mi ciudad, la montaña de desamores y desoportunidades en la que se ha convertido mi casa y todas las dudas (en las que no voy a entrar en detalle). Nunca había admirado algo tan real como a Guille Milkyway y a Silvia Sanz.

8.04.06 (039) - Mil espejos

Nudozurdo

Click!

La autorrealización personal es lo que dicen que he conseguido. ¡Ja! Es verdad que tengo un ático precioso a 5 minutos de una parada de metro en la que confluyen dos líneas y que llego en 30 minutos a cualquier lado de la ciudad. Es cierto que estos 90 metros cuadrados, al haber alquilado 2 habitaciones a 2 de mis mejores amistades, son un paraíso y un chollo a la vez para todos.

Se está de puta madre, la verdad. Tengo dos cientos conciertos y cuatrocientas películas al año. Me pagan razonablemente bien por hacer algo entretenido y fácil. Soy libre, y no os hecho de menos porque venís a verme. ¿Todo va bien? Pues no. Estoy atrapado en el 2012. Tanto "quiero y puedo" me ha acorralado. Ahora que he conquistado no se qué estánderes sociales para la felicidad personal, lo admito, estoy bien. Pero entonces os invito, y venís los dos, y lo pasamos de puta madre, y te miro cuando ríes, y no sé cómo aún no te das cuenta, y se me olvidó disimular hace mucho, y no sé por qué pensé que lo vuestro se acabaría, y no creo que lo hagáis, pero tengo la psicosis fantasma de que por la noche folláis en el cuarto de invitados, y no es mi rabia latiendo, es matarme golpeándome con una pelvis sonora, hasta sin gemidos. Y estoy encerrado sin poder atravesar la pared hasta tu cuarto.

8.04.04 (037) - Nunca estás a la altura

Klaus&Kinski

Click!

Admiro tanto esa capacidad de hacer de las cosas más pequeñas lo más grande que hay. Pero digo de verdad. Amo la curiosidad. El súmmum de la excentricidad se alimenta base de infinitos detalles. Y me encanta veros comer.

Pienso que sabría como amarte, pero me doy cuenta de que lo he olvidado. Tú tienes una fórmula alcohólica para no pensar. Yo tengo una obsesión por la cultura para alimentar mis emparanoyamientos. Aquí va uno: como pasa a nivel electrónico-protónico-neutrónico, la repulsión forma parte de éste juego electromagnético. Y la preferiría en forma de escupitajo que en la ya clásica y agotada fórmula de la Mirada de Pena. Realmente no sé si quiero cambiar de bando y aprender a ser superficial.

Hace tiempo que dejé de pensar atómicamente. No seremos un 1 nunca. Mi número favorito sigue siendo el 2. Y la misma repetición en mi cabeza todos los días. De tanto pensar acabo metiéndome entre quarks y leptones, saliéndome totalmente del contexto. Mi Amor, ¿¡no tengo derecho a mi propio Bosón de Higgs!? He sido un loco por desarrollar megalómanas teorías autoexplicativas sobre la existencia de todo para encontrar la más diminuta, misteriosa, bella e importante de todas las piezas del universo. Físicos románticos del mundo, ya se ha hablado sobre eso: "Sha la la la la la la La Gran Mentira", canta La Casa Azul. Aunque vosotros tenéis suerte y seguro que vuestra Partícula de Dios si que existe. La mia no, así que no puedo pretender que soñar con mi propia deídad ontológica. Porque estoy absolutamente seguro de mi ateísmo y de mi negación de Dios.

Hoy mi autoestima y mi pedantería están de enhorabuena. No sólo soy imbécil. ¡Soy un imbécil cuántico!

8.04.03 (036) - My Girls

Animal Collective

Pero cuánto daño han hecho Vetusta Morla induciendo al error. ¡¡Claro que mola estrellarse contra la pared a 200 kilómetros por hora!! Es adrenalina, norepinefrina y serotonina. Ni ellos ni nadie ha inventado la química interneuronal.

Yo creo que más que sonar bien, está de moda. Pero siempre lo ha estado, son cosas de la edad. Y no se puede luchar contra el espíritu y el instinto humano.

Tal vez no queden Greases, pero siempre habrá vomitonas en la calle y gente que crees que está follando detrás de unos arbustos pero que por bondad no te atreverás a interrumpir. ¿Qué se vería en sus ojos? ¿Enfado por la impertinencia? ¿Euforia por el éxito? ¿Miedo por la ansiedad? ¿Pena por la vida misma? Todos quisieramos saber hacerlo más fácil. Pero atrévete a decir una sola palabra y la respuesta será "ah, no, no, no, eso no se hace así". Se hace de absolutamente todas las formas menos así. Y es del resto de las formas de las que se hacen las catástrofes y las tormentas hoy en día. ¡El triunfo del indie pop español! No digo que sea mala música. Sólo espero que no acaben siendo todos unos hipócritas.
Dale una guitarra a un potencial bloguero y ya tienes un grupo nuevo. Admito que algunos grupos no me gustan porque lo que hacen me parece demasiado fácil. (Y me viene un déjá vu de lo que decía hace ya 8 años. La diferencia es que el mundo indie no es tan hortera y cutre como el mainstream. Y por eso, ¡mola!)

Somos ñoños, pero estamos en recesión sentimental. Ahora bien, mi torpeza no está de moda. Mi reflexión no está en el contexto. Mi cerebro es demasiado transigente. Y no sé lo que quiero, pero al menos estoy completamente seguro de que no lo tengo. Y siempre está esa manía mia de ir a contracorriente. No sé si lograré ser tan indietípico como para gustarme La habitación roja o Lori Meyers, y encima soy un imbécil hablando del indie español usando una canción de uno de los pesos pesados del indie en inglés... Pero, ¿y lo que molaría charlar con Amaro Ferreiro, Guille Milkyway, Nacho Vegas, Antonna, Miguel Ángel Blanca/Alejandro Marzoa (Manos de Topo), etc...?

8.04.02 (035) - Bitácora Llïonesa. Días 2 y 3.






Hoy es el día de las pequeñeces. De todo lo que resulta pequeño y lo fácil que podría ser saltar 5 plantas y escapar ya de la ciudad. Las estrechas aceras, las diminutas calles... Todo tan chibi y tan moe. Tiene su encanto, tiene su gracia. Tardo menos en ir andando hasta la Catedral que en Valencia al supermercado. Tan bizarro como romántico. De poco sirve si el frío hace mucho más dificil correr por estas calles. Tal vez aquí no hayan esquinas por descubrir ni tan siquiera novedades reasfaltadas, pero siempre tiene un olor a nuevo que invocan ganas de perderse en la palma de nuestras manos.

Ahora se me han cruzado las nostalgias y echo de menos lo que está lejos y lo que está atrás. A lo mejor la solución sería un banquete galo de 100 personas. Pero aquí, que aquí se come muchísimo mejor.

Encontrarse con alguien parecía imposible y de pronto la gente va cayendo del cielo. También es parte de su encanto. A ratos pienso en todo lo que he dejado y luego tengo claro que aquí me falta muchísimo más. Ahora tengo la infelicidad divida en dos mitades iguales, pero también tengo las posibilidades elevadas al cuadrado. Salgo ganando con cara triste y euforia desmedida. Quiero cantar en la plaza del centro, que aquí es prácticamente como cantar en toda la ciudad y que te oigan hasta en el alfoz.

Definitivamente intentaré traerte aquí. Tienes que ver esto al menos una vez. Aunque tal vez entonces ya no quede casa en ruinas a la que poder volver.

Se me pasa la nostalgia mirándote al ombligo y mirando hacia Barcelona. Es fácil estar contento si uno realmente quiere.

8.04.01 (034) - Bitácora Llïonesa. Día 1.



A mi casa en ruinas no le han empezado a salir las grietas, pero ya se me está desintegrando. Cuando he vuelto sólo he visto un montón de cosas que echar en falta. Pero peor ha sido descubrir cosas que aún no había descubierto. Ahora que no queda casi nada. Un Nietzsche de 1977 y una Rayuela de 1982. Unos cartuchos de carretes fotográficos de los años 50, libros de hace medio siglo, muñecas coetáneas de Franco y manifiestos izquierdas postfranquistas.
En la gran estantería del salón descansan algunos de los hombres más grandes de la historia y de las historias. Ya sea de la mano de Borges o de Tolstoi. Tengo recuerdos ajenos exóticos y algunos recuerdos propios nostálgicos. En otra habitación, por ejemplo, tengo brujas y piratas de una editorial que tal vez ya no exista, con garabatos a bolígrafo rojo con los nombres de mis compañeros de clase en 1991. No sé si me rompe el alma porque no recuerdo nada o porque no podré crear nuevos recuerdos con ellos.

Los tiempos han cambiado y ya no se puede soñar con piratas, con jugar a las chapas en el colegio o con reventar globos de agua en el pasillo. Pero yo puedo hoy puedo ser pirata, puedo ser un estallido de agua y puedo enterrar las 1500 chapas que tengo acumuladas en una mochila de cuero.

Ésta semana le voy a dar muerte digna a algunos objetos a cambio de la reencarnación como fotos para recuerdos eternos. Y otros acabarán en mi montón del Síndrome de Diógenes.

Y que viva también la nostalgia como euforia mental.