8.02.06 (021) - Dios por Dios es Cuatro

Love of Lesbian

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Victoria. La victoria de Gregor Samsa, se supone que de eso se trataba. La verdad es que me siento bien pero a la vez un poco fuera de lugar. Y no sé si tengo que dejar que el bizcocho repose y se baje un poco o acelerarlo, pegar la cara a la ventana transparente del horno, y verlo reventar. Yo quiero que reviente para así poder jugar con la masa que quede. Pero es que si se hace bien, claro, darán ganas de comerlo. Y se supone que este bizcocho es para jugar y no para comer. Yo mismo he echado detergente y anticongelante entre todos sus ingredientes, pero me atrae tanto lo dulce que soy capaz de autointoxicarme. No, no, no.

Además me preocupa que no sepa ensuciar la cocina: ¡Yo no sé mirar a la repostería de otra forma: cierta dulzura, admiración, deseo y mucha torpeza y caos! Tengo un problema muy grave si el bizcocho empieza a crecer y no explota nunca. Es cuestión de libertad: El bizcocho será libre cuando reviente. "¡Sin explosión, sólo hay represión!" dice un autoinventado eslogan punk.

Pues bien, el punto de cocción se pasó hace una hora. Y yo estoy mirando fijamente dentro del horno. Ahora necesito que álguien me ayude para que no lo abra. El único peligro es que me quede sólo luchando contra la puerta del horno. ¡Hay que destrozar esta cocina!

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